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La Ley de Murphy para Bibliotecas.
La ley de Murphy plantea que “si puede ocurrir, ocurrirá”, es la inevitable verdad de que las cosas tienen dos opciones: lo blanco y lo negro, subir o bajar, entrar o salir, el bien o el mal. La dualidad de las cosas en plena manifestación, bueno, es tiempo de comentar algunas anti-leyes para las bibliotecas:
- Si el usuario puede hacer ruido lo hará.
- Los libros son para coleccionarlos. El típico estereotipo del bibliotecario gruñón que no quiere prestar sus libros sigue vigente, y por desgracia sigue siendo realidad hoy en día.
- A Algunos lectores sus libros. ¿Para qué molestarse en las inquietudes de los usuarios?, los que sepan mucho seguro que lo encuentran, y los que no... ¡que aprendan!.
- A algunos libros sus lectores. Si no se utilizan todos los libros, mejor que mejor, así no habrá que preocuparse del punto 2.
- Haga perder el tiempo al lector. Si queremos preservar el fondo sobre todas las cosas, habrá que hacer lo posible por desesperar a los lectores para que desistan, poner mal las signaturas, anotar un título original diferente, mezclar tocino con velocidad...
- La biblioteca es un mausoleo en crecimiento. Con todos esos libros que se van almacenando, al final es lo que nos queda.
- La biblioteca es para estudiar: Evite cualquier tipo de contacto social en un lugar oscuro como éste, cada uno sabe a lo que va, y lo que uno hace o pretende, no debe compartirse.
- En la biblioteca deben oírse volar las moscas: el caso es que en la biblioteca: mutis, y al que pretenda preguntarle al de al lado qué tal está un libro mírele con cara de “hasta dónde vamos a llegar”, el bibliotecario por supuesto debe velar por este silencio, sean ronquidos o risas, para el caso molestan igual.
- Maltrate los libros: Cuando deba llevarse uno de esos elementos del decorado a casa, devuélvalo subrayado, con anotaciones al margen, con la expresión “Qué buena está Lucita!” en la contraportada y, ya que estamos, quédese con alguna página para envolver el bocadillo o como botín, (si es que decide devolverlo)
- Cierre la Biblioteca lo antes posible, Sr. Bibliotecario, si a las ocho es la hora de cerrar, a menos diez ya debería tener cerradas las persianas, colocados los libros y apagadas las luces, de este modo ni el más ilusionado usuario osará quedarse hasta la hora, incluso se desanimará a seguir acudiendo, con lo que representará menos trabajo para usted y la seguridad de marcharse antes.
http://es.wikipedia.org/wiki/Ley_de_Murphy
http://lorealenelespejo.blogspot.com/2007/11/las-cinco-leyes-de-la-biblioteconoma.html