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martes, 11 de marzo de 2008

Anti-leyes para Bibliotecas


La Ley de Murphy para Bibliotecas.

La ley de Murphy plantea que “si puede ocurrir, ocurrirá”, es la inevitable verdad de que las cosas tienen dos opciones: lo blanco y lo negro, subir o bajar, entrar o salir, el bien o el mal. La dualidad de las cosas en plena manifestación, bueno, es tiempo de comentar algunas anti-leyes para las bibliotecas:

  1. Si el usuario puede hacer ruido lo hará.
  2. Los libros son para coleccionarlos. El típico estereotipo del bibliotecario gruñón que no quiere prestar sus libros sigue vigente, y por desgracia sigue siendo realidad hoy en día.
  3. A Algunos lectores sus libros. ¿Para qué molestarse en las inquietudes de los usuarios?, los que sepan mucho seguro que lo encuentran, y los que no... ¡que aprendan!.
  4. A algunos libros sus lectores. Si no se utilizan todos los libros, mejor que mejor, así no habrá que preocuparse del punto 2.
  5. Haga perder el tiempo al lector. Si queremos preservar el fondo sobre todas las cosas, habrá que hacer lo posible por desesperar a los lectores para que desistan, poner mal las signaturas, anotar un título original diferente, mezclar tocino con velocidad...
  6. La biblioteca es un mausoleo en crecimiento. Con todos esos libros que se van almacenando, al final es lo que nos queda.
  7. La biblioteca es para estudiar: Evite cualquier tipo de contacto social en un lugar oscuro como éste, cada uno sabe a lo que va, y lo que uno hace o pretende, no debe compartirse.
  8. En la biblioteca deben oírse volar las moscas: el caso es que en la biblioteca: mutis, y al que pretenda preguntarle al de al lado qué tal está un libro mírele con cara de “hasta dónde vamos a llegar”, el bibliotecario por supuesto debe velar por este silencio, sean ronquidos o risas, para el caso molestan igual.
  9. Maltrate los libros: Cuando deba llevarse uno de esos elementos del decorado a casa, devuélvalo subrayado, con anotaciones al margen, con la expresión “Qué buena está Lucita!” en la contraportada y, ya que estamos, quédese con alguna página para envolver el bocadillo o como botín, (si es que decide devolverlo)
  10. Cierre la Biblioteca lo antes posible, Sr. Bibliotecario, si a las ocho es la hora de cerrar, a menos diez ya debería tener cerradas las persianas, colocados los libros y apagadas las luces, de este modo ni el más ilusionado usuario osará quedarse hasta la hora, incluso se desanimará a seguir acudiendo, con lo que representará menos trabajo para usted y la seguridad de marcharse antes.
Fuentes:
http://es.wikipedia.org/wiki/Ley_de_Murphy
http://lorealenelespejo.blogspot.com/2007/11/las-cinco-leyes-de-la-biblioteconoma.html