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viernes, 22 de enero de 2010

Libros para leer en silencio. ¿Será que los libros electrónicos se impondrán cuando nuestros niños aprendan a leer con ellos?

El editor Gonzalo Canedo, en la sede de la editorial en Barcelona. Oscar Match/Shooting



J. Ors
San Agustín aún no era San Agustín, sino Agustín de Hipona. Una tarde descubrió a Ambrosio de Milán leyendo un libro en silencio en una época en que lo corriente era leer en voz alta. Era el siglo IV y lo primero que pensó fue en el provincianismo que arrastraba su aprendizaje. Después de aquella espontaneidad de corte irrevente, comenzó a leer a la manera moderna, o sea, en silencio. De esa anécdota de los Padres de la Iglesia, Gonzalo Canedo ha extraído el nombre para su editorial: Libros del Silencio, un proyecto ambicioso que apuesta por la literatura de calidad y que abre las puerta a los autores noveles. «Novela, ensayo o poesía, pero siempre títulos que dejan huella y nos permitan pensar alejados del ruido», explica. Ha desembarcado en las librerías con unas apuestas bien seleccionadas.
Un puñado de libros con el membrete de su carácter anclado en la cubierta: «Libropesía y otras adicciones», un canto al mundo de los libros prologado por Alberto Manguel; «Oficio de tinieblas», de Rosario Castellanos, un clásico mal editado en nuestro país; «Función en el colegio», de Orio Vergani, el padre del periodismo deportivo italiano, que escribió una hermosa novela de iniciación al amor y que, en esta ocasión, introduce Francisco Rico, y «Haciendo república», de Julio Camba, que recoge, por primera vez, en un volumen todos los artículos que escribió sobre la Guerra Civil española. «Esperamos editar unos 16 libros en 2010. Las grandes editoriales necesitan vender grandes tiradas para que sea rentable un título. Con nuestra tirada, podemos mantenernos y publicar libros de calidad. Creo que eso es lo que podemos aportar. Nuestro objetivo no son los “best seller” ni tampoco los libros mediáticos. Podemos competir con los precios de los grandes sellos y reflejar con una presentación cuidada y un diseño estudiado la inteligencia del autor».
La revolución del «e-book» no le amedranta: «Ahorraremos los costes de impresión de los libros que no se venden. Pero no cambiará el papel de la edición. El proceso del que se encarga sigue siendo imprescindible. Pero todavía queda una generación o dos para que se imponga. Nosotros hemos aprendido a leer en papel. Los niños que nacen ahora puede que lo hagan en una pantalla. Cuando eso suceda será cuando el libro electrónico se imponga».

Fuente http://vcarballido.blogspot.com/2010/01/libros-para-leer-en-silencio.html

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